Esquema de la estructura del grafeno
Siempre estamos hablando de nueva tecnología, de lo último en telefonía, de portátiles cada vez más finos y potentes, pero la mayoría de nosotros desconoce qué es lo que ha permitido esa miniaturización extrema. Hasta la actualidad dependemos de un material muy controvertido y que ha generado guerras en el tercer mundo: el coltán. Se trata de un mineral de color azulado compuesto de una mezcla de dos minerales, el columbio y el tantalio. Es por su color por lo que también se le denomina Oro Azul. ¿Pero qué es el coltán y por qué es tan importante en los avances obtenidos hasta ahora en tecnología?
Se trata de un superconductor. Uno de los problemas en la miniaturización de componentes electrónicos es el calor generado, sobre todo por la resistencia que ofrece el material al paso de la corriente, y la conductividad (cuanto más pequeño y fino es un cable peor conduce). Los superconductores son unos materiales con una capacidad intrínseca para conducir corriente eléctrica sin resistencia ni pérdida de energía. Gracias al coltán hemos pasado de utilizar “móviles ladrillo” a los actuales smartphone. El coltán forma parte de pantallas planas, cámaras digitales, satélites, sistemas de navegación, etc. Es por ello que existe una guerra en el Congo desde el año 1998 por el control de este recurso, ya que más del 80% de las reservas mundiales se encuentran ahí. Además el coltán es un recurso escaso y su falta nos devolvería a la época de la prehistoria tecnológica (todos los avances conseguidos hasta ahora serían inútiles), es por ello que urgía la búsqueda de materiales alternativos.
En 2010 y de la mano del físico Andre Geim y su ayudante Konstantin Novoselov llegó la solución: el grafeno. El grafeno se conoce desde mediados del siglo pasado pero no ha sido hasta ahora que se ha redescubierto. Andre y Konstantine tuvieron la feliz idea de utilizar una cinta adhesiva para arrancar la primera capa de grafeno de un trozo de grafito (una mina de lápiz de toda la vida). El grafeno tiene un grosor de un solo átomo y es transparente, tanto que podría utilizarse para fabricar paneles LCD flexibles y transparentes también. Es por ello que estos científicos se llevaron el Premio Nobel de Física de ese año. El grafeno se ha seguido estudiando desde entonces y sus características son cada vez más impresionantes: tiene propiedades autoenfriantes, alta conductividad eléctrica y térmica, alta elasticidad y dureza, casi la misma resistencia que el diamante, soporta radiación ionizante, igual de ligero que la fibra de carbono pero más flexible, consume menos energía que el silicio para un mismo trabajo, genera electricidad al ser expuesto a la luz y un sinfín de propiedades que se van descubriendo día a día. La idea de un dispositivo móvil enrollable o de un lector de libros electrónicos del grosor de una hoja de papel se ha hecho realidad. Otro de los avances que nos brindará este material es en el ámbito de las baterías. Gracias al grafeno podremos multiplicar por 10 la capacidad actual de las baterías y reducir el tiempo de carga a sólo unos segundos o incluso la posibilidad de no cargar nunca la batería gracias a las células fotoeléctricas fabricadas con grafeno que tienen una eficiencia del 45% (las actuales sólo llegan al 16%).
Además de todo esto el grafeno es un dechado en cuestiones de sostenibilidad: es abundante, barato y recicable. El grafeno  está formado exclusivamente de carbono, el elemento más abundante en la naturaleza. Eso sí, de momento el grafeno tiene un problema (alguno tendría que tener) y es que, pese a sus prometedoras aplicaciones, todavía se encuentra en fase de desarrollo. El grafeno se puede obtener a partir de grafito natural (España es abundante en minas de grafito, lo que sería una oportunidad de futuro para convertirnos en productores de grafeno) o de grafito sintético, sin embargo, aún no es posible fabricar grafeno a gran escala. En la actualidad se comercializa de dos maneras: en forma de lámina y en polvo.
El futuro ha llegado a nuestro presente en forma de grafeno y no falta mucho tiempo para que empiece a formar parte de nuestras vidas.
¡Hasta otra pensadores!

Última modificación: 18 junio 2012

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Comentarios

Uhm… parece demasiado bonito para ser verdad. El grafeno sabía que existía antes, aunque no sabía de sus maravillosas propiedades. Sólo que… recuerdo una cita de los finales de Seymour Cray, que decía que no se qué material era el futuro (por encima del silicio). Lo malo es que no recuerdo de qué material hablaba, igual de ahí es de donde conozco el grafeno (o igual se refería a otro distinto, hace tantos años que leí el libro Supermen…)

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    La verdad que parece sacado de una película pero es totalmente cierto. Pero en España seguimos dando subvenciones al carbón para poder quemarlo a precio de oro en centrales eléctricas. Una pena la verdad por el coste medioambiental y económico que supone. La I+D sobre el grafeno tendría grandes beneficios si la simiocracia en la que vivimos despertarse del letargo en el que vive…

      El principal problema es que los mineros te montan unas huelgas que las lían pardas, con gran cobertura mediática y la simpatía de la población, mientras que unos cuantos listillos hablando de las posibilidades de un producto que nadie conoce y poca gente entiende para qué puede servir no despiertan las simpatías de nadie, por mucha razón que tengan.

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